domingo, 7 de julio de 2013

La ciencia es para el verano


Resulta de lo más patético que nuestro gobierno tenga a bien demostrarnos lo mucho que se interesan por la ciencia únicamente con campamentos científicos de verano. 
Para el que no sepa de qué hablo, os cuento: resulta que decenas de alumnos de 4º de la E.S.O con las mejores notas académicas han tenido el privilegio de acercarse al mundo de la ciencia durante varios días, familiarizándose con algunas de las técnicas e instrumental más puntero de aquí.
Los chavales obviamente salían muy contentos y eufóricos de poder estar codeándose con la jet set de la ciencia española, aprendiendo programación básica de robótica, pudiendo observar de cerca la más alta tecnología en el campo de la ingeniería, etc. 
Qué alegría que nuestros gobernantes se preocupen en incentivar a los jóvenes para que les entre el gusanillo de la ciencia. ¡Qué alegría!
Lo único que no les han comentado a estos jóvenes  es que cuando terminen el bachillerato de ciencias y decidan cursar una carrera posiblemente no tengan dinero para hacerlo, ya que no es fácil que accedan a las becas. 
Los monitores no les habrán comentado que es complicado que terminen una carrera sin ayudas, pero que si lo consiguen tendrán que hacer un máster, que tampoco podrán pagar por el mismo motivo que antes.
Además, en estos días de ciencia de verano no les habrán contado que los investigadores no tienen subvenciones, ni ayudas, ni jóvenes investigadores porque la mayoría se marchan allá donde les den un trabajo digno. Pero claro, ¡qué cosas digo!, eso sería desmoralizar a las nuevas hornadas de alumnos que quieran ser investigadores, y eso no lo quieren hacer ahora, que están en 4º de la E.S.O, ya se encargan de estropear las ilusiones y las oportunidades de todos los estudiantes cuando llegan a 1º de carrera.

Es muy hipócrita incentivar a los chicos para que estudien una carrera científica y pretender que en un futuro se dediquen a la investigación cuando por otro lado recortas becas, ayudas y proyectos de investigación. Imagino la situación en un hogar humilde cuando llegue el hijo ilusionadísimo por querer dedicarse a la ingeniería informática porque estos días, por haber sido muy buen estudiante, se ha ganado unas jornadas científicas en las que le han enseñado sobre ese tema. Imagino la angustia de los padres al pensar en cómo le dirán que será muy complicado que pueda estudiar esa carrera porque los sueldos en casa no llegan para pagar las tasas universitarias. Imagino la rabia de esos padres que no comprenden porqué los mismos señores que ponen la miel en los labios a su hijo, luego le roban la posibilidad de estudiar, de investigar, y de progresar. 

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